domingo, 28 de octubre de 2007

Me permito hacer un pequeño homenaje a este gran poeta argentino Oliverio Girondo, que ya esta muy bien homenajeado en la película argentina: “El Lado Oscuro Del Corazón” dirigida por Eliseo Subiela. Aquí, esta uno de sus mejores textos que este poeta escribió en uno de sus mas destacados libros, Espantapájaros.

Oliverio Girondo
I, de Espantapájaros

" No se; me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso si! - y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡ pierden el tiempo las que pretenden seducirme!
Está fue - y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.
¿Que me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Que me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronostico reservado?
¡ María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. "¡ María Luisa! ¡María Luisa!...y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrisaje forzoso de un espasmo.
¡ Que delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer a una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.
"


sábado, 27 de octubre de 2007

DESDOBLAMIENTOS

Levantarse aun estando acostado,

Correr aun estando invisible,

Hablar no pronunciando,

Engullir y no las amarguras,

Llorar riendo,

Viviendo y muriendo;

Como los días que no están en los años.

Fracasar en otro planeta,

Copular aun siendo virgen,

Seducir y rechazarse,

Ganar, perdiendo (las arrogancias),

Amar y ser improbable,

Celebrar nuestros suicidios,

Cantar ebrio silenciando nuestras lastimas,

Eyacular la ira con una risa estéril,

Ser la imagen y también el verso,

Un sonido y el instrumento,

El hombre y la sombra.

martes, 23 de octubre de 2007

CORTO VIAJE EN UN BAR

Destrozar las sienes de un verso y mandar el mundo a la mierda en un primitivo acto de madrugada.

En aquel bar donde bullen seres adictivos y la pobre bohemia se alimenta del lívido humo sexual y un rock monótono;

¿Y que me dicen de esas féminas de pasos musicales, que solo son risa y alcohol, y el taco bajo la cama, sudado de tanto frotarse? …

Caminando en si mismo, como inundando el ansia de licor, como filtrando melodía en la existencia por la ciudad emancipada, dispuesta a devorar el ultimo hálito, a presentar su galería de demonios, la mundanidad que baja por el filo de una mujer cuyos ojos son dos cuadros con paisajes lujuriosos.

Por que la espesa sustancia nocturna aflora de los desinhibidos, de esos borrachos blasfemos que cantan al descaro de su falso presente.

Y en el instante que soy, pareciera no ser más que alguna queja o un desacuerdo.

Se deslizan suave como entes instintivos, todos, con su verdad supuesta, mintiendo al si mismo, con falso disfraz, queriendo vestir la vida entre caretas, arroparte de alguna verdad tulla. Y es el error, el infortunio, que de un valazo te recuerda tu humanidad. Ese peso de llevar la humanidad a cuestas, ese interminable trabajo de moldear la existencia, con el deber de ser ciudadano mundanalmente aceptable, con el deber de esculpir el futuro que a veces se te cae por los bolsillos aguados de tanto llanto, maldito cobarde, y te emborrachas de tu solitaria melancolía, mientras el espíritu esta ahí tirado en tu rincón de telarañas. ¡A pero camina no te arrastres! que este mundo es de relieves, si es necesario vuela sobre esta realidad mentirosa, y que la gente se desgaste por este presente y queden pellejos colgando en los años y un devenir de muertos jueguen a vivir.

¡Ha! mejor me callo, y vuelvo a mis pupilas, en este bar, clavado en el jolgorio, divisando hembras, mirando a la urbe, desgastando los pulmones y el tiempo en este vicio vago.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Me Permito.

Inservible es la brújula en medio de soledades,
Inútil, un mapa en el silencio basto.

De un grito pareciera el viento borrarme,
Mientras me dibujo con el pensamiento,
Porque el corazón es una carnada que lanzo
Al mar, para que de él se alimenten;
Musas y enormes peladeros ansiosos,
Gemidos y malos gestos.

Hoy no me apiado de la infinita vez
Que me veo morir, así es que puedo
Defecar tranquilo mis angustias.
Como todo hombre, me es permitido
Votar lágrimas de vértigo amoroso
Y también follar a mi risa hasta quedar ebrio.

Me permito también;
Exiliar mis personalidades,
Acuchillarme de pronto los recuerdos,
Amanecerme con la vida y no pagarle sus servicios,
Apiedrar al tiempo y putiarlo hasta quedar ajeno,
Corres tras féminas invisibles y quedar ausente,
Eyacular por el mundo las palabras,
Borrarme aun estando presente
Y quedar mudo gritando versos por dentro.

Me permito el mundo, pero no la muerte
(Aunque tengo su teléfono).
De vez en cuando anamoro a los amores,
Prendo velas y destapo vinos.
Me permito soledades que se acompañan entre ellas.

Y soy el hombre imperceptible,
El de la sombra disecada,
El que haciende y desciende
Por escaleras melancólicas, hasta ser;
Solo un eco, un instinto, una arcada y una risa,
Una vaga sensación, un verbo o quizás
Una ignorada formula matemática
Sin el producto resuelto.

martes, 16 de octubre de 2007

La quinta estación.

Soy la quinta estación perdida
Y ebria del silencio y del tiempo y de las entrañas.

Soy esa estación equivoca entre las otras;
Por que hurto al invierno esa fría sensación de desplazarme
Y arrojo tormento en ojos y cuerpos.

Porque el desenfreno del verano que arde en tu sexo
Salvaje, vocifera los orgasmos que se abren en eterno ciclo,
Por esa primavera peluda que te crece en los llantos y lástimas.

Germinan los desacuerdos brotando
Del asco una risa de dos caras.

Porque esta estación no es en tiempo metafísico,
Tampoco pertenece a espacios habitados
Ni a soledades comunes;
Es el otoño en quimeras, abstracción
En la existencia deshojada,
Un propio viaje al infinito
Sin destino resuelto;
Como la gran respuesta al génesis terrestre.

Permanente estación, batalla constante.
Poco a poco descifrando la arquitectura de un corazón
Volcado, con vehemencia de soldado en primera fila,
Pronto al espanto.
Con desbordarte pasión de orgías francesas
Y un cúmulo de acidas pupilas.

La vida se retuerce y carece de tacto.
Y los amores son en el alba, simples espectros
De las noches eternas.

Buscando y rebuscando acantilados para seguir
Cayendo, como en catástrofe constante.

Porque un mundo viciado, no es equilibrio ni armonía;
Se alimenta de muertos y de pálidos instantes.

Por que día a día el mentirnos, es ya valor
Inculcado, incubado, desarrollado,
Con perfecta técnica teatral.






¿Y cual es el supuesto sustento?
Pareciera que la fe callo en un mal planeta
Y los dioses se esfumaron para dar paso a un software
De inconciencia terrestre.
Pareciéramos habitar infinitos mundos en
Cada rincón de nuestra alma agónica.
Pareciera que toda la política de los hombres
Cayera del recto de la avaricia.

Pero esfumarse no es el acuerdo, proyectarse tampoco.
Expectante al colapso futurista, como un sentimiento mundial,
Que precipita la desesperación en la que respira el linaje.
Y no hablo de mi propio veneno, ¡Por que estoy harto
De aullar entre avestruces, que ven el devenir como pájaros
Flotantes!.
Y se me manchan las manos de esta tinta inmunda,
Y se mancha la vista y el mundo y me falta poesía
Para desentrañarme y acabar con este acto.

Y es así todo, parece, y lo es,
Lo es, a ya lejos donde mi bruta cabeza
Rompe paredes impotentes y una voz despedaza la garganta
De un verso brutal y dice; ¡soy la quinta estación
Esa que nadie nombra!